19 abril 2007

Viaje a Turín

Tenía pendiente un post sobre el viaje que me llevó por trabajo a Turín la semana pasada. Para mí era la primera vez que estaba en Italia, y me ha gustado la experiencia. Además, espero que una entrada de este blog pueda ser de utilidad a alguien que quiera viajar allí, como puede que pase con Silvia y el de mi viaje Gotemburgo.

Empezaré diciendo que volé con Air Nostrum, la lines de vuelos regionales de Iberia. Un avión chiquitiín, que se movía demasiado para alguien tan miedoso como yo, pero con un trato excelente por parte del personal de abordo. El Sandro Pertini, es un aeropuerto pequeño que está a unos 25 km del centro de Torino, que conseguí alcanzar con ayuda de un taxi (Un Fiat Punto... toma topicazo!!).

Me alojé en el Hotel Majestic, justo al lado de la estación de Porta Nuova, por lo que tenía un buen acceso a pie al centro de la ciudad. El paseo no se hizo esperar y nada más llegar, enfilé la Via Roma, la más comercial de las calles de Turín. Es una calle con soportales en la que están varias tiendas de renombre, de hecho ví tres Ferrari aparcados en la calle ese dia.

El tercer topicazo es la gran cantidad de maxi-scooters que ruedan por las calles. Con las ganas que tengo yo de uno, snif!. Como ultima curiosidad, decir que estuve en un recinto ferial que anteriormente había sido una factoría de FIAT. Lo curioso es que en el techo del complejo de seis plantas de altura había un circuito de pruebas, con sus curvas peraltadas y todo. ¿No lo creéis?, vedlo en Google Maps.

Para los amantes del motor, hay muchas instalaciones interesantes que se pueden visitar en Turín, como las sedes de Bertone, FIAT, Italdesign-Giugaro, Pininfarina, Iveco... y un largo etcétera.

Por allí hay que hacer una visita obligada al museo de la sindone (donde está la Sabana Santa), a la Mole Antoneliana, donde reside el actual museo del cine. El museo egipcio es el segundo más grande de Europa. También molan la Iglesia de la Gran Madre de Dios y el Monte de los Capuchinos, pero los ví de lejos. De todas maneras últimamente tengo un don especial para viajar a ciudades cuyos monumentos representativos están en obras. En este caso le tocó el turno al Caballo de Bronce de la Piazza de San Carlo.

Respecto a la gastronomía local, solo probé los agnolotti con funghi y una quiche, también de funghi, muy ricos. Eso sí, yo no me podía ir sin probar un helado. hay heladerías por todas partes y la verdad es que están muuuuuy buenos.

En fin, no puedo dar muchos datos, porque no estuve muchos días, pero la ciudad es para parase al menos un fin de semana. Si volviera por allí consultaría la guía oficial de turismo para hacerme alguno de sus itinerarios recomendados.

El único pero que le pondría a la città es quizá el mal estado de conservación de los edificios más chulos. bella arquitectura ennegrecida por el humo de los coches, una pena.

En fin, algún día volveremos...

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