Sverige!
La semana pasada me sentí más sueco que nunca. No es que haya hecho el sueco más que de costumbre, sino porque he estado 3 días en Gotemburgo. Bueno, quizá es mucho decir, porque con el rollete de la escala en Bruselas, he pasado más tiempo in intinere, que en tierra firme. Como algun@ de vosotros sabe ya, Madrid no está conectado de manera directa con Gotemburgo por ninguna compañía. Bueno, eso era cierto hasta que llegó Ryan Air y puso un vuelo que cuesta menos de un 10% de lo que hemos pagado por el nuestro (con otra compañía Low Cost). Algo tarde para mi.
Aprovecho la última e interminable escala en el Macquarie (aeropuerto de Bruselas, con un nombre muy friki por cierto) para ir escribiendo el obligado post. Eso sí, aún me estoy recuperando del estacazo que me han dado en el Pizza Hut Local por una botella de 0,5L de agua. Nada más y nada menos que 2'90 eurazos. En fin, aeropuerto con un diseño muy chulo, aunque menos que nuestra odiada y querida T4 de Barajas.
Empecé el viaje el día de mi cumpleaños como Dios manda: comiéndome un atasco de hora y media en la M40, camino de Barajas. La verdad es que siempre llego pronto a los aeropuertos, así que no hubo demasiados problemas. Me dí la vueltecita de rigor por las tiendas que más me gustan de la T4, mientras contestaba llamadas de felicitación por haber conseguido la (hasta ahora) mayor colección de pelos blancos en mi cabeza.
Volaba con SN Brussels Airlines, con la recién estrenada normativa europea sobre seguridad, que obliga entre otras cosas, a sacar el portatil de la bolsa para pasarlo por el scanner. Así, pequeñito, desnudito y blanquito, el amado Vaio TX pasó por la máquina sin mayor problema, no como su portador, que pitó al pasar por el arco de seguridad. Un segundo escaneo manual, me sacó de la lista de posibles personas non-gratas del aueropuerto. Volé en un Micromachine del aire, un Avro nosequé, que sin embargo se movió menos de lo esperado.¿Será que voy superando poco a poco mi miedo a volar?.
En Bruselas nos subimos en un avión algo más grande que nos llevó a un Gotemburgo cubierto de nubes. Es en esos momentos cuando agradeces al cielo el nacimiento de los inventores de los sistemas de ayuda al aterrizaje.
Curioso, llegas a las 16:30 y ya es de noche.
Continuará...
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