Una tarde en Las Ventas
Nunca he sido un gran aficionado a los toros, pero he de reconocer que en el fondo no me disgusta ver una corrida. Que se le vá a hacer. Por eso, cuando el amigo Domingo nos ofreció ir a ver la segunda de San Isidro, me animé. Tenía ganas de ver la Plaza con ambiente.
Lo curioso es que sin entender demasiado de toros, me encontré con una de las mejores corridas de los últimos años en Las Ventas. Aunque me perdí el segundo toro (por estar en el bar), lo que ví a continuación me hizo aplaudir como un poseso. Cuatro orejas en cinco toros no suele ser algo habitual en San Isidro y allí estaba yo, empapado en el tendido de sol, pero disfrutando de lo lindo.
Trinfante salió Cesar Jiménez, que abrió la puerta grande con sus dos orejas y algo menos, Luis Miguel Encabo y Eduardo Gallo.
Después cenita en Casa Sierra, pero como íbamos atizados no nos importó demasiado el pagar mucho por comer poco.
En fin, que creo que repetiré el año que viene... y que Dios reparta suerte
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