Sverige.... y3
Alguien inteligente escribió una vez que es agradable viajar hacia el sur puesto que te sientes como si andaras cuesta abajo. Eso es lo que me debería haber pasado a mi, pero vayamos por partes.
El día de mi regreso empezó mejor de lo esperado para mi. Había mirado la hora de mi vuelo mal, pero me dí cuenta de ello y pude dormir un poco más. Fui directo desde el hotel al aeropuerto en otro de esos taxis suecos que parecen sacados de frikilandia, por la cantidad de dispositivos electrónicos que hay en su interior.
Ya en el aeropuerto volví a revivir el trauma de ver al pequeño VAIO rodar desnudito por la cinta del scanner. En fin, habrá que acostumbrarse.
Una vez dentro tenía que pulirme exactamente las 280 coronas suecas que me quedaban en la cartera. Mejor que me lo roben los de la tienda a cambio de algo que los de los bancos por nada. Una vez maximizada la compra, empecé a dar uso al portátil para hacer un borrador del informe que tendré que presentar en el trabajo. La verdad es que de haber sabido que no tendría ninguna red WiFi disponible, no hubiera cargado con el ordenador. Pues sí amigos, en un país tan avanzado como Suecia, aún quedan hoteles sin conexión inalámbrica.
Aproveché la escala en Bruselas para escribir las dos primeras partes de este relato por capítulos, digno de cualquier culebrón venezolano. Allí había un grupo de hooligans con bufandas rojas y blancas poniendo un poco nervioso al personal.
Al ir a embarcar me llevé una sorpresa. Iba a subir a un flamante Airbus A380 de Iberia, que me llevaría de vuelta a casa. La alegría se volvió pesar cuando descubrí lo maximizado de la distribución de los asientos. Pues sí tocaba clavarse la silla de delante en las rodillas durante dos horas. Dos horas que finalmente se alargaron otra media.
podía pasar algo peor?. Pues si, en un avión siempre puede pasar algo peor. Sin ser catastrofistas, el hecho que te toquen de compañeros de asiento dos médicos belgas no tendría que ser malo. Digo tendría por que en mi caso, se pusieron a revisar fotos de operaciones quirúrgicas que iban a presentar en un congreso en Alicante. Eran expertos en prótesis de cadera y rodilla. Ouch!. Por cierto, otro compañero de vuelo que también sufrió lo suyo la amplitud de los asientos fue Alejo Vidal-Quadras. El que fue antiguo máximo responsable del Partido Popular en Cataluña volvía de Bruselas en Turista y fue la única persona que se quejó a los asistentes de vuelo.
Una vez finalizado el suplicio de los aviones, acabé mi viaje justo como empecé: en un atasco en la M40, desde donde os escribí estas líneas,
Que gusto estar en casa!!