30 noviembre 2006

Sverige.... y3

Alguien inteligente escribió una vez que es agradable viajar hacia el sur puesto que te sientes como si andaras cuesta abajo. Eso es lo que me debería haber pasado a mi, pero vayamos por partes.

El día de mi regreso empezó mejor de lo esperado para mi. Había mirado la hora de mi vuelo mal, pero me dí cuenta de ello y pude dormir un poco más. Fui directo desde el hotel al aeropuerto en otro de esos taxis suecos que parecen sacados de frikilandia, por la cantidad de dispositivos electrónicos que hay en su interior.

Ya en el aeropuerto volví a revivir el trauma de ver al pequeño VAIO rodar desnudito por la cinta del scanner. En fin, habrá que acostumbrarse.

Una vez dentro tenía que pulirme exactamente las 280 coronas suecas que me quedaban en la cartera. Mejor que me lo roben los de la tienda a cambio de algo que los de los bancos por nada. Una vez maximizada la compra, empecé a dar uso al portátil para hacer un borrador del informe que tendré que presentar en el trabajo. La verdad es que de haber sabido que no tendría ninguna red WiFi disponible, no hubiera cargado con el ordenador. Pues sí amigos, en un país tan avanzado como Suecia, aún quedan hoteles sin conexión inalámbrica.

Aproveché la escala en Bruselas para escribir las dos primeras partes de este relato por capítulos, digno de cualquier culebrón venezolano. Allí había un grupo de hooligans con bufandas rojas y blancas poniendo un poco nervioso al personal.

Al ir a embarcar me llevé una sorpresa. Iba a subir a un flamante Airbus A380 de Iberia, que me llevaría de vuelta a casa. La alegría se volvió pesar cuando descubrí lo maximizado de la distribución de los asientos. Pues sí tocaba clavarse la silla de delante en las rodillas durante dos horas. Dos horas que finalmente se alargaron otra media.

podía pasar algo peor?. Pues si, en un avión siempre puede pasar algo peor. Sin ser catastrofistas, el hecho que te toquen de compañeros de asiento dos médicos belgas no tendría que ser malo. Digo tendría por que en mi caso, se pusieron a revisar fotos de operaciones quirúrgicas que iban a presentar en un congreso en Alicante. Eran expertos en prótesis de cadera y rodilla. Ouch!. Por cierto, otro compañero de vuelo que también sufrió lo suyo la amplitud de los asientos fue Alejo Vidal-Quadras. El que fue antiguo máximo responsable del Partido Popular en Cataluña volvía de Bruselas en Turista y fue la única persona que se quejó a los asistentes de vuelo.

Una vez finalizado el suplicio de los aviones, acabé mi viaje justo como empecé: en un atasco en la M40, desde donde os escribí estas líneas,

Que gusto estar en casa!!

Algunas fotos del viaje

29 noviembre 2006

Sverige 2!

Al llegar, lo primero fue conseguir algo de vil metal, que los suecos llaman Svenska Kronos. La verdad es que la conversión entre monedas es bastante fácil, ya que 1 € son algo menos de 10 coronas suecas. Un viajecito con un taxista de rasgos árabes, que había estado en varias ciudades españolas como Barcelona, Zaragoza, Las Vegas y Alicante... y hala, ya estamos en el hotel.

El hotel Spar Garda (pronunciado Gorda), es el típico hotel barato que los dueños quieren vestir de seda. Eso sí, mona se quedó, porque el pedazo de autopista al que daban las ventanas no había quien la ocultara a la vista y al oído (me sentía como en casa). En fin, pequeño, limpio y suficiente.

Tras dejar las maletas, cogí un plano y fui directo al barrio de Liseberg, donde había quedado con varios compañeros del metal para una cena de bienvenida. La cena fué muy agradable, con una selección de platos típicos suecos y vinos franceses e italianos. El plato principal era cat fish. Por favor, que alguien me confirme que lo que comí era Rape, glups!. Pero lo mejor fué conocer a otros participantes en el evento del dia siguiente, venidos de Grecia, Italia, Rumanía.. y España (Coño, si hay otro español!). La verdad es que por educación hablaba con él en inglés, para que el resto nos entendiera. A los tres italianos que estaban allí se la pelaba el resto.

Salimos tarde (incluso para los españoles) de la cena, y me fui directo al hotel para descansar el día siguiente. De paso, me paré a admirar el estadio Ullevi, donde han dado espectáculo desde Pelé hasta Bruce Springsteen. Los dos tenían una estrella en una especie de paseo de la fama que rodea al estadio.

Los cachondos de los suecos decían que hacía demasiado calor para la época, pero la verdad es que estábamos a 6 º sobre cero y con la versión sueca del txirimiri. Calor, calor... no hacía.

El día siguiente transcurrió de manera menos traumática de lo esperado, con unas reuniones bien rápidas y amenas. Estaba en el Svenska Mäsan, el recinto ferial de la ciudad, en el ámbito de una feria medioambiental. Al acabar mis reuniones, disfruté de los coches, furgonetas y hasta camiones con motores que usaban combustibles limpios. Me lo pasé pipa en los stands de Volvo, Toyota/Lexus y Honda, pero el resto de la feria no tenía demasiadas cosas interesantes para mí.

Aprovechando los últimos rayos de sol (eran las 14h), pude sacar alguna foto a los maravillosos edificios de la ciudad. Un paseo por las calles basta para creerte el catálogo de IKEA y la gente que sale en él.

Poco después recibí un sms de mi compañera rumana que me proponía hacer turismo/compras juntos. Pues vale, dos pardillos juntos mejor que uno. Grande la anécdota del barco vikingo, amarrado junto al edificio de la Opera, que prefiero contarla en persona para que os pase lo mismo que a mí si vais. La noche acabó en el McDonalds, único lugar donde realmente sabes qué es lo que vas a comer y cual va a ser su sabor. Después, de vuelta al hotel y a la camita, que son las 21:30 y somos europedos.

Continuará... pero poco más

27 noviembre 2006

Sverige!

La semana pasada me sentí más sueco que nunca. No es que haya hecho el sueco más que de costumbre, sino porque he estado 3 días en Gotemburgo. Bueno, quizá es mucho decir, porque con el rollete de la escala en Bruselas, he pasado más tiempo in intinere, que en tierra firme. Como algun@ de vosotros sabe ya, Madrid no está conectado de manera directa con Gotemburgo por ninguna compañía. Bueno, eso era cierto hasta que llegó Ryan Air y puso un vuelo que cuesta menos de un 10% de lo que hemos pagado por el nuestro (con otra compañía Low Cost). Algo tarde para mi.

Aprovecho la última e interminable escala en el Macquarie (aeropuerto de Bruselas, con un nombre muy friki por cierto) para ir escribiendo el obligado post. Eso sí, aún me estoy recuperando del estacazo que me han dado en el Pizza Hut Local por una botella de 0,5L de agua. Nada más y nada menos que 2'90 eurazos. En fin, aeropuerto con un diseño muy chulo, aunque menos que nuestra odiada y querida T4 de Barajas.

Empecé el viaje el día de mi cumpleaños como Dios manda: comiéndome un atasco de hora y media en la M40, camino de Barajas. La verdad es que siempre llego pronto a los aeropuertos, así que no hubo demasiados problemas. Me dí la vueltecita de rigor por las tiendas que más me gustan de la T4, mientras contestaba llamadas de felicitación por haber conseguido la (hasta ahora) mayor colección de pelos blancos en mi cabeza.

Volaba con SN Brussels Airlines, con la recién estrenada normativa europea sobre seguridad, que obliga entre otras cosas, a sacar el portatil de la bolsa para pasarlo por el scanner. Así, pequeñito, desnudito y blanquito, el amado Vaio TX pasó por la máquina sin mayor problema, no como su portador, que pitó al pasar por el arco de seguridad. Un segundo escaneo manual, me sacó de la lista de posibles personas non-gratas del aueropuerto. Volé en un Micromachine del aire, un Avro nosequé, que sin embargo se movió menos de lo esperado.¿Será que voy superando poco a poco mi miedo a volar?.

En Bruselas nos subimos en un avión algo más grande que nos llevó a un Gotemburgo cubierto de nubes. Es en esos momentos cuando agradeces al cielo el nacimiento de los inventores de los sistemas de ayuda al aterrizaje.

Curioso, llegas a las 16:30 y ya es de noche.

Continuará...

19 noviembre 2006

Semana Sueca

Esta es mi semana sueca. El martes 21, día en que un servidor cumple años, me voy a Gotemburgo. La cosa es laboral, no de placer, pero creo que serán 3 días en los que puedo aprender muchas cosas. Una suerte de aventura escandinava.

Para ir metiéndonos en arroz, ayer celebramos mi cumpleaños en un restaurante sueco, por recomendación de varias compañeras que me suelen aconsejar muy acertadamente. La elección estaba entre el Olsen y el Collage. Al final me decanté por el último, por aquello del vil metal.

La verdad es está en un lugar privilegiado - entre las estaciones de Quevedo y Bilbao, junto a la calle Fuencarral - y luce una decoración minimalista (prácticamente solo hay paredes pintadas de blanco). El ambiente que se respira es agradable y la distribución de las mesas es práctica pero cómoda. Lo mejor es que por un precio relativamente contenido de aproximadamente 30 € puedes degustar platos diferentes. Entre lo más llamativo del menú podría destacarse las albóndigas de ciervo sueco, el solomillo de reno o el salmón, preparado de sorprendentes y diferentes maneras. Para acabar, una copita de punch, un licor típico sueco y vas para tu casa con una agradable sensación en el cuerpo.

Esperemos que el frío casi ártico me respete lo suficiente como para hacer algo de turismo en Göteborg y quien sabe... a lo mejor emular a Matt Harding, como hizo el antes odiado y ahora compañero del metál (min. 4 del vídeo).

Deseadme Trevlig resa!

06 noviembre 2006

Nuevo móvil

Después de mucho tiempo buscando móvil al fin he dado con uno que de momento cumple con todas las expectativas: tiene Bluetooth, es 3G, ligero, candybar, con una cámara decente y hasta relativamente barato.

El elegido ha sido el SonyEricsson K610i, comprado con 24.000 puntos Movistar (14000 + 1000 de Zona Azul) + 44 Euros. Los puntos fueron ejecutados el Viernes en un centro de El Corte Inglés.

Hubiera sido bonito hacer una entrada con fotos del desempaquetado del cacharro, pero la verdad es que era el último terminal que les quedaba y el interior de la caja no estaba demasiado bien empaquetado. La caja incluía el terminal con su cargador, un par de cds con una aplicación de SonyEricsson para la sincronización de datos con el PC, y un cable USB.

El móvil viene cargado con aplicaciones muy interesantes que te permiten hacer morphing con caras (para reirse un rato del personal), colgar fotos directamente en blogs (creo que solo con blogger), leer feeds RSS, videollamar con las dos cámaras del terminal o buscar en Google. Como siempre estas aplicaciones tienen el lastre del excesivo precio del acceso a internet con el que nos grava Movistar. Una lástima.

Otra de las cosas que hay que echarle en cara a Movistar, es su práctica habitual de capar algunos menús. Sobretodo los relacionados con la personalización de las teclas, lo que provoca que no controlemos los accesos no deseados a Internet. También inutilizan la transmisión de datos entre el terminal y un ordenador, vía cable USB. Me imagino que lo harán para que los clientes no puedan saltarse sus limitaciones y personalicen su teléfono móvil. Cosa que siempre se puede hacer, por otra parte.

No sé si el V630i (el mismo terminal, personalizado para Vodafone) presentará limitaciones similares.

En fin, a pesar de estos puntos negros, creo que se trata de un terminal bastante decente a un precio interesante (siempre que estés dispuesto a casarte con Movistar durante 18 meses). Eso sí, para mí que vengo de usar terminales del demonio finlandés, me va a costar adaptarme a las nuevas opciones y menús.